El crecimiento económico: Cómo lo veo, como lo juzgo y como debería ser (Ver, Juzgar y Actuar)

Por Guillermo Cuevas Medina.-

Ver: De nuevo el tema vuelve sobre la palestra pública. El informe lo ofrece de manera oficial el Gobernador del Banco Central. Héctor Valdez Albizu anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) registró un crecimiento de 6.9 por ciento de enero a septiembre de este año. Igualmente reiteró que la economía Dominicana está generando dólares en cantidades suficientes para satisfacer la demanda nacional y precisó que con relación a la inflación acumulada en lo que va de año, esta se sitúa en 0.35%. 

Ningún economista ha podido desmentir esas informaciones provenientes del Banco Central. Incluso el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lo ha confirmado. Se trata de datos alentadores para que cualquier gobierno se sienta más que satisfecho.

Juzgar: Una de las lecciones más amargamente aprendidas por los dominicanos y dominicanas, es que la calidad de vida puede ser precaria en medio de un crecimiento económico como el que se está anunciando. Ya organismos como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha llamado la atención sobre las tendencias a la mala calidad del crecimiento económico que generan distorsiones y exclusiones.

Es que puede haber crecimiento económico incluso en porcentajes muy altos, y al mismo tiempo pueden estar aumentando los indicadores del desempleo. Puede haber crecimiento económico y al mismo tiempo incrementándose las privaciones humanas. Puede haber crecimiento económico en un país y al mismo tiempo se estén expulsando talentos a otras tierras en busca de mejores oportunidades de vida.

En medio del crecimiento, se pueden estar debilitando las instituciones públicas. Se puede estar fomentando el clientelismo como instrumento de subordinación. El crecimiento se puede estar produciendo sin futuro, sin sostenibilidad, en el que las generaciones actuales estén poniendo en riesgo los recursos que necesitarán las generaciones que vienen detrás.

Los entendidos en asuntos económicos y sociales, dicen que un crecimiento económico que no genere desarrollo humano no es sostenible. “Puede haber desarrollo humano en el corto plazo, pero no será sostenible sin crecimiento económico”. Ambos deben avanzar tomados de la mano.

El que tenga alguna duda y crea que en las etapas del crecimiento se producen conflictos entre éste y la equidad, lo remitimos a las provincias ubicadas en la Región Enriquillo: Barahona, Bahoruco, Pedernales e Independencia y le pregunten a sus habitantes, cómo no es equitativa la distribución de los recursos públicos y privados que puedan mejorar las perspectivas de su crecimiento y de su desarrollo.

Actuar: En el contexto descrito, se puede afirmar que nuestra economía está por las nubes, que ha crecido 6, 7, 8, 10…, cuando se asuma que las personas son las verdadera riqueza de los países y que no son estos (los paises) lo que se desarrollan, sino ellas (las personas). Si no, echemos una mirada a las estadisticas que se ofrecen de China. Se trata de la nación màs rica con sus habitantes màs pobres. Se puede hablar de crecimiento económico, cuando tengamos garantías de oportunidades para las futuras generaciones igual o mejor que como la han tenido generaciones presentes, si es que la han tenido. Se puede hablar de crecimiento económico cuando entendamos la democracia como un mecanismo de organizar las cosas para expandir los derechos que le asisten a todos y a todas. Cuando avancemos en un uso pulcro y óptimo de los recursos con los que contamos. 

 Cuando entendamos también que el empoderamiento de las personas es una forma segura de vincular el crecimiento con el desarrollo. Cuando entendamos que las políticas se evalúan por el efecto sobre las personas. Cuando podamos proclamar a los cuatro vientos que tenemos partidos políticos fuertes, armoniosos, gobiernos locales eficientes, transparentes. Cuando nuestro sistema judicial esté apartado de cuestionamientos. Cuando la ineficiencia de nuestros servicios públicos sea cosa del pasado. Cuando el déficit habitacional registre las tasas más bajas. Cuando la ciudadanía deje de lanzarse a las calles a mendigar un derecho. Cuando la seguridad ciudadana esté garantizada y ya nadie tenga miedo de salir a las calles. Cuando tengamos un presupuesto equitativamente distribuido.

Con mucha autoridad podemos hablar de crecimiento económico, cuando en el país la ciudadanía aprenda a hacer uso de los mecanismos de que contamos, que garantizan la participación de la sociedad civil en el proceso de prevención de la corrupción administrativa y cuando no se convierta esa participación en actos de presencia y no de toma de decisiones.

Fuente: http://www.enfoquenoticioso.net/