Un escenario excelente para avanzar; pero hay que trabajar muy duro.

A raíz de los resultados de las elecciones nacionales del pasado día 5 de julio, se ha iniciado la configuración de una nueva coyuntura política, excelente para el avance de las ideas y las organizaciones democráticas y de avanzada en la República Dominicana.

Y no porque haya ganado el Partido Revolucionario Moderno y sus aliados, pués estos no introducirán desde el poder ningún cambio, (ni siquiera mínimo) al modelo neoliberal que aplicó el PLD durante 20 años en los que gobernó el país, porque además en materia de política internacional el PRM profundizará la sumisión del Estado dominicano frente a las políticas de los gobiernos de los EEUU.

Lo más importante y esperanzador para el campo progresista y de izquierda radica en que

el pueblo que votó mayoritariamente por el PRM, pero principalmente contra el peledeismo corrupto, tendrá la valiosa oportunidad de comprobar mediante la ejecutorias del nuevo gobierno de la oligarquía empresarial, que éste no es su gobierno, que el PRM es una fotocopia exacta de los viejos partidos tradicionales del país y que por tanto, se hace imprescindible buscar otras opciones que de verdad encarnen los mejores intereses de los trabajadores y de la patria.

Y nuestro pueblo podrá entender esto mucho mejor, (porque los hechos siempre han sido más convincentes que las palabras) cuando reclame la defensa y protección de nuestros recursos naturales y encuentre al nuevo gobierno arrodillado frente a las voraces compañías extranjeras de la mega-minería.

Cuando la clase obrera reclame respeto a la libertad sindical y otras justas reivindicaciones y choque con un gobierno del alto empresariado apegado con uñas y dientes a sacarle el sudor y hasta la sangre a la clase obrera para convertirlos en plusvalía.

Se convencerán los pequeños y medianos agricultores y los hombres y mujeres del campo que no tienen tierra, de que el nuevo gobierno no es su gobierno, cuando continuen exigiendo una verdadera reforma agraria y a cambio reciban la indiferencia y abusos de todo tipo de un gobierno que representa a los más grandes terratenientes del país.

Podrá la gente honesta y todo el país darse cuenta por los hechos del nuevo gobierno, más que por las promesas de campaña, de que el PRM y sus aliados no representan ningún cambio a favor de las mayorías, cuando cumpliendo orientacion del Fondo Monetario Internacioanal y del Banco Mundial, inicien reformas fiscales para echar sobre las espaldas de los más humildes, las consecuencias de la crisis económica que ha sido profundizada con la pandemia del Coronavirus.

Pero mayor conciencia sobre la naturaleza del próximo gobierno perremeista podrá tener nuestro pueblo cuando observe a las fuerzas represivas enfrentando abusivamente a quienes de seguro saldrán a las calles, plazas y campos a exigir sus derechos...y eso no será tardío.

Y que nadie se sorprenda cuando aparezcan las nuevas bocinas a defender todo cuando haga la nueva administración del Estado; que nadie se asombre de los nuevos actos de corrupción de funcionarios que en el pasado han actuado de esa misma manera; y que nadie se encuentre extraño que el nuevo gobierno no enfrente con seriedad al narco-tráfico.

Todos esos elementos contribuirán a que se vaya creando una situación favorable a las ideas y proyectos alternativos en el país; además de la difícil situación por la que está pasando el PLD y el descalabro político en que cayeron en las pasadas elecciones el PRD y el PRSC, pasando a ser partidos minoritarios y entelequias despreciadas por la sociedad y que a lo mejor ya no sirvan como bizagras.

Pero el descrédito en el que han caído los viejos partidos de derecha, el seguro desprestigio en el que caerá el PRM y su gobierno en el corto plazo, constituyen por sí solos, la garantía de fortalecimiento y de avance para el campo popular y revolucionario.

Es necesario introducir profundas rectificaciones en la visión y la práctica de la izquierda y el progresismo como condición obligatoria para vertebrar una real opción de poder.

Hay que superar la competencia entre las organizaciones revolucionarias para pasar a la unidad y complementarse.

Debemos sepultar el vanguardismo estéril y entender definitivamente que la conducción del proceso hacia los verdaderos cambios debe ser el fruto, no de la dirección o liderazgo de una organización en particular, sino de una dirección amplia, diversa y compartida del movimiento democrático y revolucionario nacional.

Hay que situar al espectro democrático en la direccionalidad de utilizar los métodos y formas de lucha que determinen las circunstancias, no un solo método, no un mismo método para todas las coyunturas, asumido muchas veces de manera unilateral .

Tenemos que pasar de seguir privilegiando las alianzas con la derecha, a importantizar la unidad, la coordinación y hasta la fusión de nuestras fuerzas políticas comunes.

Es oportuno el momento, además para reencontrar a las fuerzas revolucionarias con las masas obreras, campesinas, de jóvenes, mujeres, de la pequeña burguesía, de los intelectuales de avanzada y con los trabajadores de la cultura; porque sin la organización, conciencia y acción resuelta de las masas, toda pretención de cambios nunca pasará de ser simples ilusiones.

El escenario, es excelente para avanzar; pero hay que trabajar muy duro para poder aprovecharlo a favor de nuestra causa, porque ninguna victoria jamás caerá del cielo.

Por Juan Santana.-
Un escenario excelente para avanzar; pero hay que trabajar muy duro. Un escenario excelente para avanzar; pero hay que trabajar muy duro. Reviewed by Leo Corniel on 14:49 Rating: 5

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