El cuerpo humano podrá servir de nutriente para árboles
Roma.-El cuerpo
humano podrá servir de nutriente para árboles mediante un nuevo método de
enterramiento en cápsulas propuesto por una empresa italiana que pretende
empezar a aplicarlo en Estados Unidos y Gran Bretaña.
El proyecto
consiste en crear cápsulas biodegradables con forma de huevo fabricadas con
almidón y que contengan las cenizas del difunto o incluso el cuerpo entero,
restos que servirán para nutrir semillas de árboles que se plantarán encima.
La idea de crear
así “bosques de memoria” es de los empresarios Anna Citelli y Raoul Bretzel,
que además proponen que las semillas sean elegidas en vida por los usuarios
futuros a modo de “última voluntad”, explicó a Efe Bretzel.
Al proyecto le
han bautizado “Cápsula Mundi” y prevé crear “cementerios verdes para que (los
camposantos) dejen de estar llenos de lápidas y se conviertan en bosques
sagrados a los que acudan familiares y amigos”, sostuvo Bretzel.
Los empresarios
han ideado dos tipos de cápsulas biodegradables, ambas fabricadas a partir de
almidón procedente de maíz y patatas.
En las próximas
semanas saldrá al mercado un modelo de reducidas dimensiones para contener
cenizas humanas aunque aún no se ha establecido su precio por unidad, reveló
Bretzel.
Habrá también un
segundo modelo de mayores dimensiones para poder contener un cuerpo humano
colocado en posición fetal, una propuesta que aún está en fase de desarrollo
por motivos “técnicos, biológicos y legales”, afirmaron los empresarios.
En ambos tipos,
las cápsulas o huevos desempeñan la misma función que el ataúd, ya que el
cuerpo será enterrado, con la particularidad de que no será en un féretro de
madera sino un contenedor biodegradable.
Se trata de “una
especie de reciclaje orgánico para fundir al ser querido con la naturaleza de
una manera viable y hermosa, para hacer un monumento póstumo al perder a
alguien amado”, defendió Bretzel.
El empresario
también consideró “poético y reconfortante” que las personas puedan visitar el
árbol alimentado con los restos de sus seres queridos, cuidar de él o descansar
a su sombra.
En lugar de
acudir al cementerio a limpiar una lápida, con este tipo de enterramiento
“puedes dedicar tiempo a que el árbol crezca fuerte y sano, sabes que una parte
de tu ser amado está ahí”, comentó Bretzel.
“El árbol
representa la unión entre la tierra y el cielo. Para hacer un ataúd que se
utiliza durante tres días se ha cortado un árbol que ha necesitado de 10 a 40 años para crecer”,
recordó además sobre los féretros.
También explicó
que la tipología de semilla que se plantará sobre la cápsula no sólo dependerá
de la voluntad de la persona, sino también del clima de la región donde se
efectúe el enterramiento, de acuerdo con tres zonas de referencia.
Para zonas
montañosas se prevén enebros y abetos, para zonas mediterráneas olivos y
eucaliptos y en zonas de clima similar al Atlántico olmos, castaños y endrinos.
El tipo de
entierro que promueven estos empresarios actualmente está prohibido por la
legislación italiana, que establece que los cementerios deben estar situados en
una zona controlada y cerrada, pero Bretzel y Citelli están recogiendo firmas
para que se modifique una ley que consideran “anticuada”.
Aseguran que
están recibiendo “numerosas” peticiones de información procedentes de Estados
Unidos, Reino Unido y Australia, países que sí permiten ese tipo de
enterramientos y donde pretenden comercializar las primeras cápsulas para
cenizas.
“En Italia está
prohibido el uso de ataúdes biodegradables, pero no nos consta que esté
prohibida su comercialización”, explicó no obstante Bretzel.
El empresario
asegura que además con este proyecto sus impulsores quieren contribuir a dar
una alternativa que permite evitar la saturación de los cementerios
tradicionales y demostrar que el diseño puede aportar soluciones innovadoras en
el ámbito del tratamiento de la muerte.
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