Pará de remar y dejalo a Dios en tu entorno actuar
“… y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantáseles (…) y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban”. Marcos 6.48,51.
Cuando el viento te es contrario no te queda más remedio que remar cada vez más y, cuanto más remes, más fatigado estarás.
Este es el signo distintivo de este tiempo, de hecho la gente lo manifiesta cuando vos le preguntás cómo anda y literalmente te contestan: “Remando”.
Lo extraño es que en muchos casos los creyentes no están exentos de este tipo de comportamiento y se pasan la vida remando cada vez más.
Por lo general el entorno nunca es neutro, o te favorece o te perjudica, o te impulsa o te detiene.
Si bien hay entornos sobre los que nosotros no podemos hacer nada para mejorarlos sí hay otros en los que podemos influir directamente.
Frente a ambos entornos la clave está en dejar subir a Jesús a la barca de nuestra vida, tanto para recibir fortaleza como para que Él actúe en nosotros.
No te olvides que el viento se calmó cuando Jesús se subió a ellos en la barca, es decir que actuó primeramente en su vida antes que en sus circunstancias.
La clave aquí radica en que vos te abras al obrar de Dios y le permitas que Él actúe en tu vida, no solo frente a situaciones negativas, sino también positivas.
Por lo general los creyentes buscan al Señor cuando no pueden hacer nada sobre el entorno que los rodea, esperando de parte de Él un milagro.
Pero no son tantos los que buscan a Dios para mejorar su entorno conforme a la sabiduría de su Palabra.
También hay personas que viven remando contra un viento contrario que ellos mismos generan y no logran romper este círculo vicioso.
Con su forma de actuar viven haciendo oleaje y por lo tanto cada vez necesitan remar más, y esto produce que, a medida que pasa el tiempo, aumente su fatiga.
Sea en tus relaciones, en tu trabajo, en tu economía, en tu matrimonio o en el área que sea, la clave está en parar de remar y dejarlo a Dios actuar.
Yo bendigo tu vida para que en este tiempo dejes de remar y puedas dejarlo a Dios actuar en todo momento y en toda circunstancia.
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