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Merkel apuesta por el diálogo con Estados Unidos y rechaza hablar de guerra comercial

Alemania.- La canciller alemana, Angela Merkel, abogó este viernes por el diálogo con Estados Unidos tras su decisión de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio y rechazó hablar de una guerra comercial, convencida de que la aprobación de nuevos impuestos aduaneros perjudicaría a todas las partes.

“Nadie ganaría en la carrera”, señaló Merkel en una rueda de prensa en la que mostró su “preocupación” por la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, y ratificó la apuesta alemana por el multilateralismo.

En ese contexto subrayó su total apoyo a la Comisión Europea para que se dirija a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y busque el diálogo con las autoridades estadounidenses y con otros países, como China.

Tras recordar que hay un régimen de aranceles negociado en el marco de la OMC y que Berlín ha trabajado siempre en favor de un tratado de libre comercio con EEUU y de la eliminación de barreras, la canciller aseguró que ése debe ser el objetivo y confió en las gestiones de la CE, responsable de la política comercial.

No quiso comentar las medidas arancelarias barajadas por la UE para responder a Washington, al insistir en que lo primero es hablar con EEUU, y rehusó usar “palabras marciales”, cuando se le preguntó por la posibilidad de que se abra una guerra comercial.

“No ayuda”, recalcó Merkel para insistir en que la imposición de nuevos aranceles no sólo tendría repercusiones en la economía alemana, sino que perjudicaría a todos.

Poco antes, el viceportavoz de la Cancillería, Georg Streiter, había mostrado el rechazo del Gobierno a una medida “ilegal” y adoptada de manera unilateral que, a su juicio, no tiene nada que ver con la seguridad nacional, argumento esgrimido por Trump, sino con la economía.

Una portavoz del Ministerio de Economía, Annika Einhorn, insistió en que el objetivo es consensuar una respuesta “clara” con la CE y los socios europeos, pero no abrir una guerra comercial.

El Ejecutivo alemán aboga por estudiar el problema de la sobreproducción de acero en los foros multilaterales existentes, convencido de que las medidas unilaterales dañan a los consumidores, al comercio internacional y abren la puerta a una escalada de nuevas medidas proteccionistas.

Según los datos facilitados por el Ministerio de Economía, el 4% de las importaciones de acero estadounidenses proceden de Alemania y el 4.4% de las exportaciones alemanas de ese producto tiene como destino EEUU.

En Bruselas, la patronal europea de la industria del acero, Eurofer, calificó hoy de “absurda” la decisión del Gobierno estadounidense de poner aranceles a las importaciones de acero y aluminio de la Unión Europea y otros países por razones de seguridad nacional y defendió que Bruselas debe responder ante la medida.

En un comunicado, Eurofer subrayó, además, que la imposición de aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10 a las de aluminio es “perjudicial y contraproducente tanto para Estados Unidos como para la UE”.

“La justificación de la seguridad nacional que ha utilizado el presidente (Donald Trump) y el vínculo de estos aranceles con la financiación de la OTAN es absurda”, dijo el director general de Eurofer, Axel Eggert.

La patronal indicó que la preocupación para los productores europeos, que exportan 35 millones de toneladas de aluminio al año a Estados Unidos, no es solo la pérdida de acceso a este mercado, sino que se produzca una desviación “amplia y repentina” de importaciones al mercado abierto de la UE.

La combinación de estos factores, afirmaron, podría costar “decenas de miles de empleos” a la industria acerera europea y perjudicar también al empleo en Estados Unidos.

“El riesgo real de una desviación requiere que la UE actúe con salvaguardas de contingencia para repeler cualquier aumento de las importaciones” causado por las tarifas, dijo Eggert, quien se congratuló de que la Comisión Europea haya anunciado que tomará medidas.

“No podemos quedarnos de brazos cruzados cuando Estados Unidos enciende una cerilla bajo el sistema de comercio global”, insistió.

La comisaria europea de comercio, Cecilia Malmström, anunció que se reunirá este sábado con el representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Lighthizer, para confirmar si la UE no está excluida de los aranceles y, de ser así, tardará como máximo 90 días en actuar.

Por su parte, el director general de la patronal BusinessEurope, Markus J. Beyrer, asumió que si la Unión Europea no queda finalmente exenta de los aranceles, “deberá reaccionar de forma adecuada”.

“La UE debe dar una respuesta equilibrada, en línea con las normas de la Organización Mundial del Comercio, y proteger los intereses de su industria”, afirmó en un comunicado.

En otra nota, la asociación de cámaras de comercio e industria europeas (Eurochambres) expresó su preocupación por “la perspectiva creciente de una guerra comercial”.

“Hace no tanto tiempo, teníamos el objetivo de concluir el acuerdo comercial más ambiciosos y que más miraba al futuro de todos los tiempos con Estados Unidos para crear nuevas oportunidades y empleos para nuestros ciudadanos”, declaró el presidente de Eurochambres, Christoph Leitl, en referencia al TTIP.

Sin embargo, añadió que la decisión de Donald Trump “pone en peligro” los puestos de trabajo y la cooperación transatlántica para “hacer frente al comercio desleal”.

Asimismo, el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Jyrki Katainen, dijo que la Unión Europea (UE) espera ser tratada como un único bloque comercial, sin diferenciar entre sus miembros en lo que se refiere a los aranceles a las importaciones de acero y aluminio anunciados por Estados Unidos.

“Esperamos que toda la UE sea tratada como un bloque comercial, que es lo que somos. Todos los países están en una posición similar, no podemos aceptar que la UE sea dividida en diferentes categorías”, dijo Katainen en una rueda de prensa para reaccionar ante la medida estadounidense.

El secretario de Comercio británico, Liam Fox, dijo que el Reino Unido buscará defender su caso para obtener una exención a los aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio.

“Es muy importante evitar una desigualdad de condiciones entre Estados miembros y entre empresas de diferentes Estados miembros”, dijo Katainen, quien señaló que la UE está estudiando las opciones de obtener una exención para el bloque.

“No hemos oído ninguna información más sobre los criterios para una posible exclusión pero, obviamente, pensamos que como la UE y nuestras empresas no son fuente de comercio injusto o una amenaza para la seguridad nacional, deberíamos obtener una exención de estos aranceles”, insistió.

Katainen advirtió de que no espera que la cuestión se resuelva en la reunión de este sábado y que la discusión tendrá que continuar y aseguró que la UE no hará “concesiones” en materia de comercio puesto que se trata de “una acción unilateral contra las reglas de la OMC”.

No obstante, el comisario advirtió de que “si se da el peor escenario” la UE está dispuesta a llevar a EEUU ante la corte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y que están debatiendo con otros socios para hacerlo de forma conjunta.

Asimismo, indicó, el bloque continuará con la preparación de medidas para “reequilibrar” la situación en caso de que fuera necesario, aunque insistió en que “el objetivo primario es tener un diálogo con Estados Unidos y resolver el problema sin ningún daño colateral”.

El comisario insistió en que el problema mundial en el sector del acero viene del exceso de capacidad de producción y subrayó que la Unión Europea tiene “reglas muy estrictas” en materia de ayuda de Estado que “dan garantías a EEUU de que no hay subsidios” al sector del acero y el aluminio.

Aunque Katainen no mencionó a China directamente, Bruselas ha señalado al país asiático y a los masivos subsidios públicos a su sector siderúrgico como fuente del problema a nivel mundial.

En su sede de Ginebra, la Organización Mundial del Comercio (OMC) dijo que, aunque está preocupada por la imposición de aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio por parte de EEUU, “aún hay tiempo” para abordar esta medida tanto fuera como dentro de la institución, y recordó que los países pueden recurrir a su sistema de resolución de disputas.

El portavoz de la OMC Dan Pruzin señaló que la medida no entrará en vigor hasta dentro de 15 días y que también hay un proceso para aquellos países que buscan una exención, por lo que “aún hay tiempo para discutirla y aún hay tiempo para abordarla dentro de la OMC, en los consejos y comités”.

“También pueden recurrir las medidas de otro país ante el sistema de resolución de disputas y llegar hasta el mecanismo de apelación, que decidirán si una medida es conforme con las reglas”, recalcó.

Esta semana, 18 delegaciones de países miembros expresaron en el Consejo General (máximo órgano decisorio) de la OMC su preocupación por la imposición de aranceles de EEUU.

“Generalmente, incluso si se inicia un caso de disputa en la OMC, el primer paso es dialogar, de manera que hay tiempo para hacerlo durante el proceso de consulta e incluso una vez establecido un panel (de resolución de disputa), ambas partes siempre pueden sentarse con el fin de buscar una solución mutuamente aceptable”.

En la OMC, el período de consultas para encontrar un acuerdo, es decir la fase previa a la iniciación formal de una disputa y el establecimiento de un panel, dura 60 días pero puede ser extendido.

El portavoz también aclaró que los países miembros tienen la obligación de notificar a la OMS medidas de salvaguarda, ‘antidumping’ (competencia desleal, venta por debajo del precio del mercado) o medidas compensatorias, pero aún se desconoce la base legal de la medida anunciada por EEUU, de manera que no puede pronunciarse al respecto.

La OMC no ha tenido que lidiar en su sistema de resolución de disputas y de apelación con un dictamen sobre medidas que se basan en la “seguridad nacional”, como alega EEUU en este caso para proteger su industria y los empleos estadounidenses en el sector.

Sí ha habido Estados miembros que “han mencionado” el asunto de la seguridad nacional en el marco de una disputa o discusión, como en el caso que enfrenta a Catar con Emiratos Unidos por el bloqueo comercial impuesto por Abu Dabi, Arabia Saudí, y Baréin a Doha.

En cualquier caso, dijo Pruzin, el que haya tiempo aún para abordar la polémica medida de EEUU y sistemas para denunciarla dentro de la organización, no obsta para que el director general, Roberto Azevêdo, esté preocupado por el paso dado por Trump.

El brasileño dijo el lunes a los países miembros que ahora habrá “un riesgo mucho más elevado y real de una escalada de barreras comerciales en todo el mundo”.

También afirmó que no se puede ignorar este riesgo, y pidió a todas las partes que consideren y reflexionen cuidadosamente sobre esta situación, porque “una vez tomemos este camino será muy difícil cambiar de dirección” y porque “un ojo por ojo nos dejaría a todos ciegos y al mundo en una profunda recesión”.

“Tenemos que hacer todos los esfuerzos para evitar que caiga la primera ficha de dominó”, recalcó Azevêdo.

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