República Dominicana y los desafíos diplomáticos del siglo XXI
La reciente reorganización en el cuerpo diplomático de la República Dominicana, como se discutió en el artículo de Listín Diario, ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la dirección y estrategia de la política exterior del país. En un contexto global cada vez más interconectado y competitivo, es crucial que la República Dominicana desarrolle una diplomacia adaptada a las necesidades del siglo XXI, con un enfoque claro en la diplomacia comercial, el turismo y las relaciones bilaterales.
El Ministerio de Relaciones Exteriores considera que es una decisión histórica para la justicia dominicana. ARCHIVO/LD
La diplomacia comercial debe ser un pilar central en la política exterior dominicana. Los embajadores no solo representan los intereses políticos del país, sino también sus intereses económicos. La República Dominicana tiene un potencial inmenso en sectores como la agroindustria, las zonas francas y la tecnología. Promover estas áreas en el ámbito internacional puede traducirse en inversiones y oportunidades de negocio que beneficien a la economía nacional. Por lo tanto, es importante contar con embajadores capacitados para identificar y aprovechar estas oportunidades.
El turismo es un pilar estratégico y constituye uno de los motores económicos fundamental para la República Dominicana. Con esta premisa, la diplomacia del turismo debe recibir atención prioritaria. Esto implica que nuestros representantes en el extranjero deben no solo promover el país como destino turístico, sino también trabajar para garantizar la sostenibilidad y la innovación en el sector. En la era pospandemia, desarrollos como el ecoturismo y el turismo cultural ofrecen nuevas vías para atraer visitantes y enriquecer la oferta del país.
Las relaciones bilaterales y la multipolaridad son el A, B, C de la diplomacia clásica. El mundo contemporáneo está marcado por la multipolaridad, con grandes bloques económicos y políticos en constante interacción y competencia. La República Dominicana debe cultivar sus relaciones bilaterales con tanto esmero como en su diplomacia multilateral. Países estratégicos como Estados Unidos, China y los miembros de la Unión Europea representan tanto desafíos como oportunidades. Establecer y mantener relaciones sólidas y beneficiosas con estos actores es esencial para asegurar un lugar relevante en el escenario internacional.
La diplomacia del medioambiente se ha convertido en un componente esencial de las relaciones internacionales, especialmente en un tiempo en que los desafíos ambientales trascienden fronteras y requieren respuestas coordinadas a nivel global. Desde las negociaciones sobre el cambio climático hasta la conservación de la biodiversidad, la diplomacia del medioambiental busca abordar cuestiones críticas que amenazan la salud de nuestro planeta, la seguridad humana y el desarrollo sostenible.
Henry Kissinger, en su obra Diplomacy. Expresa: “El arte de la diplomacia consiste en hacer coincidir los intereses nacionales propios con los de los demás, de manera que se pueda llegar a un acuerdo que sea beneficioso y estable para todas las partes implicadas.”
La designación de embajadores sin la experiencia previa en diplomacia, como resaltó el Listín Diario, puede dar la impresión de que los compromisos políticos tienen prioridad por encima de los intereses nacionales. No obstante, hay profesionales, empresarios e intelectuales que, sin experiencia y formación diplomática, han sido excelentes representantes en el servicio exterior; sin embargo, la excepción no hace la regla.
La actual coyuntura también es una oportunidad para reformular y fortalecer la estrategia diplomática del país. No se puede perder de vista que, al entrar al último año de este primer cuarto de siglo, la diplomacia juega un papel trascendental por el reordenamiento global y los disturbios geopolíticos marcados por la guerra de Ucrania y la crisis de Medio Oriente. La República Dominicana debe asegurarse de que sus representantes estén debidamente preparados y enfocados en las áreas mencionadas: comercio, turismo, Medioambiente, relaciones bilaterales y multipolaridad.
En este contexto, es relevante considerar las reflexiones de la diplomacia del siglo XXI del reconocido diplomático y académico José Manuel Leal, quien señaló: “La diplomacia actual debe ser holística, abarcando no solo los intereses tradicionales de poder y seguridad, sino también los elementos humanitarios y ambientales que nos unen como comunidad global”.
Al hacerlo, el país podrá navegar efectivamente las complejidades de la diplomacia moderna, asegurando así su desarrollo y prosperidad en un mundo cada vez más globalizado.
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