Falleció por una Injusticia
El editorial del LISTÍN fue certero y agudo. Pero sobre todo humano. Mientras que yo sentía dolor y pena. El dolor era una sensación desagradable que se apoderaba de mi cuerpo y la pena era una especie de tristeza que sentía.
Como ambos son sentimientos emocionales y al sentirme indefenso de no poder hacer nada por los errores que cometen nuestros servidores públicos. Me hacían sentir triste de haber dedicado décadas de mi vida a un servicio público insensible e incumplidor de sus obligaciones. “La mató una injusticia” era el titular del editorial del Listín Diario sobre el caso de Eladia María Mercedes y este no se salía de mis pensamientos.
Todavía tenemos un país donde el derecho de las personas para usar, disfrutar y disponer de sus bienes es constantemente violado. Recordé una ocasión en que hacía la presentación de nuestras atracciones turísticas a una persona que dirigía uno de los “Fondos” más grandes del mundo y que en un momento me dijo: muy bello su país y su presentación magnífica pero es un lugar donde se irrespeta lo más sagrado que es el derecho a la propiedad. En ese momento se perdió la posibilidad de que el país pudiera atraer una inversión institucional de más de tres mil millones de dólares.
En nuestra nación, la Constitución establece que toda expropiación debe estar precedida por el pago de una indemnización justa, pero la debilidad institucional y de la justicia lo han impedido.
En otros países las leyes de expropiaciones han buscado formas para que se cumplan con la necesaria y justa indemnización. En Alemania la confiscación sólo puede hacerse con la indemnización previa y en Estados Unidos, la quinta enmienda de la Constitución garantiza que ninguna propiedad privada será tomada para uso público sin una justa compensación.
Mientras que en otros países han implementado salvaguardias legales que penalizan al gobierno y a los funcionarios que incumplen con el deber de pagar a los propietarios. Igualmente ciertas comunidades han establecido “Fondos” específicos para realizar y agilizar los pagos de las expropiaciones. Doña Elodia falleció sin recibir el pago de su propiedad. Espero que nuestros gobernantes tomen este triste caso como un ejemplo y una lección para tomar acción y evitar que eso vuelva a suceder.
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