Base de cohetes en Pedernales: ¿Cómo impactan los lanzamientos a la biodiversidad?
La reciente evaluación por parte de inversionistas estadounidenses sobre la viabilidad de un centro de lanzamiento de cohetes en Oviedo, Pedernales, ha generado preocupación entre expertos y ambientalistas debido a su proximidad con los parques nacionales Jaragua y Sierra de Bahoruco, dos de las áreas protegidas más importantes de la República Dominicana.
Más allá de los efectos visibles en el ecosistema, como la destrucción de hábitats y la contaminación del suelo y el agua, se ha documentado que los lanzamientos espaciales pueden alterar significativamente el comportamiento de diferentes especies, afectando sus patrones migratorios, reproductivos y alimenticios.
La posible instalación del centro de lanzamiento ha generado interés debido a la atractiva ubicación geográfica del municipio, cercana al ecuador, lo que es favorable para proyectos aeroespaciales. Según declaraciones de Sigmund Freund, director ejecutivo del Fideicomiso Pro-Pedernales, el proyecto se encuentra en una fase exploratoria por parte de inversionistas estadounidenses.
Cohetes y ecosistemas
Casi un 70 % de la provincia Pedernales es área protegida. Más del 50 % del territorio del municipio de Oviedo es ocupado por el Parque Nacional Jaragua y una pequeña parte por el Parque Nacional Sierra de Bahoruco, los cuales albergan una rica biodiversidad y alto endemismo, incluyendo aves migratorias, mamíferos marinos, reptiles en peligro de extinción y peces de importancia ecológica y económica.
El caso del Parque Nacional Jaragua es un sitio clave para aves migratorias que viajan desde América del Norte al Caribe y Sudamérica, así como para especies endémicas.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), las zonas de lanzamiento suelen generar diferentes impactos ambientales como deforestación y fragmentación de hábitats, ya que la construcción de una base requiere la tala de vegetación y la alteración del suelo, lo que puede afectar especies endémicas y en peligro de extinción.
De acuerdo con publicaciones recientes de la NASA, los altos niveles de ruido y vibraciones generados por los lanzamientos de cohetes pueden afectar la capacidad de las aves para orientarse y desplazarse. Estudios en Cabo Cañaveral, Florida, han demostrado que las explosiones sónicas y los vuelos de prueba pueden interrumpir rutas migratorias y alterar los patrones de anidación de especies sensibles.
En abril del 2023, un cohete Starship de SpaceX explotó en su primer vuelo de prueba, esparciendo restos en un área protegida cercana al parque estatal Boca Chica, en Texas. Un informe del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM destacó que el lanzamiento afectó hábitats de aves migratorias y contaminó el suelo con restos de combustible y fragmentos metálicos.
Otra explosión de Starship sobre Turcos y Caicos en enero de 2025, esparció gran cantidad de escombros en el mar y sobre tierra.
Otro de los principales problemas es la emisión de carbono negro o hollín en la estratósfera, lo que contribuye al calentamiento global y al debilitamiento de la capa de ozono. Un estudio publicado en Nature Communications Earth & Environment advierte que estas partículas pueden permanecer en la atmósfera durante años, alterando el equilibrio térmico del planeta.
Según un artículo de Wired en Español, si las emisiones de hollín por lanzamientos espaciales continúan al ritmo actual, podrían aumentar la temperatura de la estratosfera hasta en 1.5 °C en las próximas décadas.
Muchos cohetes utilizan combustibles altamente tóxicos que pueden filtrarse en el suelo y contaminar fuentes de agua dulce cercanas. Estudios han demostrado que algunos propulsores sólidos liberan residuos de perclorato, una sustancia química que afecta la calidad del agua y la vida marina.
Especies vulnerables en el Parque Nacional Jaragua y posibles impactos
En el caso del flamenco rosado, presente abundantemente en la laguna de Oviedo, que depende de humedales y lagunas para alimentarse y reproducirse, el ruido y la actividad humana pueden generar estrés, obligándolos a desplazarse a hábitats menos favorables, lo que puede reducir su éxito reproductivo.
El manatí antillano (Trichechus manatus) es una de las especies más emblemáticas de la región y ya enfrenta múltiples amenazas, como la contaminación del agua y la reducción de su hábitat. Un centro de lanzamiento en Oviedo podría agravar su situación de varias formas.
El sonido de los cohetes viaja a través del agua y puede causar desorientación y estrés en los manatíes. Investigaciones de la NOAA en 2022 en la Base de Lanzamiento de Wallops, en EE. UU., han documentado cambios en el comportamiento de delfines y manatíes cercanos a áreas de despegue.
El derrame de combustible y la deposición de partículas tóxicas en el agua pueden afectar la calidad de los pastos marinos, la principal fuente de alimento del manatí.
El Parque Nacional Jaragua es una de las zonas de anidación más importantes para varias especies de tortugas marinas, como la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), tortuga verde (Chelonia mydas) y la tortuga tinglar (Dermochelys coriacea).
El impacto de los lanzamientos espaciales en estas especies sería significativo, como por ejemplo la alteración de las playas de anidación. La vibración generada por los lanzamientos podría afectar la compactación de la arena, haciendo que los nidos de tortugas sean más vulnerables a la erosión o depredación.
Así también la contaminación lumínica es un impacto importante, ya que los lanzamientos nocturnos y las luces artificiales necesarias para la base de lanzamiento, podrían desorientar a las crías de tortuga cuando emergen de sus nidos, impidiéndoles llegar al mar. Este problema ya ha sido documentado en áreas de alto desarrollo costero como Florida, de acuerdo a Sea Turtle Conservancy del 2023.
El Parque Nacional Jaragua alberga importantes arrecifes de coral y manglares, ecosistemas clave para la biodiversidad marina. Los posibles efectos incluyen la contaminación química por los desechos de cohetes que pueden liberar sustancias tóxicas que afectan la salud de los corales, reduciendo su capacidad de regeneración.
¿Es viable un proyecto aeroespacial en Oviendo sin afectar el ecosistema?
La viabilidad de este proyecto dependerá de una evaluación ambiental rigurosa y de la implementación de medidas de mitigación efectivas, tales como evitar la construcción en zonas de importancia ecológica crítica y el uso de tecnologías más limpias como combustibles a base de metano líquido o hidrógeno verde.
También se debe analizar si es posible implementar estrategias para mitigar el impacto de explosiones sónicas en la fauna local.
Fuente: Diario Libre-
No hay comentarios