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Superemos nuestras capacidades y vulnerabilidades a favor de tener riesgos más pequeños y desastres más manejables.

La Gestión del Riesgo estará conformada siempre por cuatro elementos: La amenaza, la vulnerabilidad, la capacidad y estas dan origen al riesgo que puede ser grande o pequeño de acuerdo a como estén configurados los demás elementos.

Si la vulnerabilidad es alta y la capacidad en baja, esto dará como resultado un riesgo alto y mucho más alto si este es mal manejado o no se le dispensa el tratamiento adecuado.

La amenaza será siempre la amenaza y ésta es "generalmente" no modificable, es externo y no depende de nosotros.

Por ejemplo, no podemos modificar de ninguna forma la trayectoria, la magnitud ni el desplazamiento de un huracán que venga hacia nosotros. Por eso la amenaza no depende de nosotros. Los demás elementos sí.

La vulnerabilidad y la capacidad elementos son internos. De modo, que si nuestras comunidades se manejan con altos niveles de vulnerabilidad y con bajos niveles de capacidad para encarar situaciones originadas por fenómenos naturales o antrópogéicos, siempre tendremos riesgos muy altos que se convertirán en desastres.

En ese contexto, debemos los sureños trabajar con seriedad esos dos elementos que condicionan a que nuestros riesgos se conviertan en desastres. Me refiero a las vulnerabilidades y las capacidades.

Las vulnerabilidades pueden ser físicas, institucionales, políticas, económicas, sociales, culturales...y estas son cambiantes igual que las capacidades, diferente a las amenazas que "generalmente" no podemos introducirle moficaciones..

Si no cambiamos nuestras actitudes de cara a los fenómenos de origen natural, siempre nos mantendremos dando vuelta y manejando este tipo de situaciones con carácter emergencista, es decir, listos siempre para dar respuestas y no para prevenir, para prepararnos.

Y la preparación, la prevención, deben producirse en el antes. La migración y la respuesta debemos dejarlas para el después.

Debemos recordar que el talento se forja en la calma, más el carácter en la tempestad. Aprovechemos la calma para preparar nuestro talento y guardemos nuestro carácter para cuando tengamos que dar respuesta.

A mi no me asustan las amenazas. A mi me asustan los niveles de vulnerabilidad y capacidad que tiene el pueblo dominicano, que siendo internos esos dos elementos, obviamente los podemos modificar.

Cómo? Fortaleciendo nuestras capacidades en Gestión de Riesgos y demandando a las autoridades la puesta en marcha de acciones encaminadas a superar nuestros factores de vulnerabilidad. Así, nuestros riesgos serán cada vez más pequeños y estaremos menos asustados cuando nos amenace un fenómeno.

Técnico en Gestión de Riesgos

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