Compromiso patriotico
Cuando observamos el camino que llevamos los dominicanos, pensamos que producto de la transculturación, la pérdida de valores y la prioridad de vivir tras los intereses grupales, es un camino de inseguridad y, sobre todo, de renuncia a los preceptos que nuestro fundador, Juan Pablo Duarte, nos legó como baluarte de fe, vergüenza y respeto a la realización innegociable de conservar la auto determinación de la patria.
Esto representa la identidad de nuestra descendencia y lo más valioso a que puede aspirar un ciudadano que es el honor de preservar la identidad que muchos patriotas dominicanos defendieron con sus vidas, como sello indeleble de ser dominicanos.
El sentir independentista de Juan Pablo Duarte se vio motivado por la fuerza de la fe y la voluntad patriótica encarnada en la juventud de su época.
El patrimonio que heredamos en su proyecto de nación consagró en su Juramento Trinitario los símbolos inviolables de Dios, Patria y Libertad, junto a la cruz de sacrificio de redención, en medio de tres colores que cantan la esperanza: en el azul del cielo, en el rojo candor y la blanca pureza; que representan el pensamiento de libertad concebido en la inspiración poética de asumir la soberanía del suelo donde nací.
No podemos aceptar que los intereses foráneos mancillen nuestro origen soberano. Esta nación se concibió en el sacrificio de los fundadores independentistas. Nuestra obligación es luchar contra los traidores, la corrupción y la impunidad que amenaza la inviolable soberanía, con el compromiso de defender el futuro de la dominicanidad.
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