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La contrarreforma de Lucifer and friends




Cuando ya éramos muchos... parió la abuela. Cuando creíamos que en asuntos de imperios, improperios, insultos y tufos imperiales lo habíamos visto todo, los excesos, la sordera, la irresponsabilidad de los sistemas partidarios y las élites económicas de la democracia occidental nos “trujeron” este “novamás”, delirante museo del absurdo medido en gigas.

La que se inició el lunes en Washington es una contrarreforma pero sin Martín Lutero, comandada por el mismísimo convicto Lucifer y sus amigos de la oligarquía tecnológica que necesitaban convertir su poder económico/mediático en poder político directo, y en el camino hallaron a Trump. Hablo de Musk (X), Zu¬ckerberg (Meta), Bezos (Amazon), Sam Altman (OpenAI), Sundar Pichai (Google), Tim Cook (Apple), Dara Khosrowshahi (Uber) y Shou Zi Chew (TikTok). Los nuevos jinetes del apocalipsis de la democracia. Ningún gobierno de ningún país del planeta está en capacidad de resistir la embestida de estos señores, y embestir es justo y lo que pretende hacer Musk con las elecciones alemanas a favor de la ultraderecha de nostalgia hitleriana. (Quizás por eso, el exceso del saludo nazi en el acto de coronación).

En el patio nacional, en un momento de sobrado optimismo, los dominicanos podríamos celebrar que pronto tendremos embajadora gringa, que el nuevo canciller, Marcos Rubio (ante quién Margaret Thatcher sería una especie de Che Guevara con faldas) habla muy bien de nuestro país y de sus amigos empresarios y presidenciables, pero las formas siempre pierden ante el fondo... la estética de las palabas sirven de poco si no conecta con la ética, con la justicia y el respeto a pueblos y a los seres humanos. En la vocación al irrespeto hacia todo y contra todos del presidente Trump está el meollo de la cuestión, en un mundo sin árbitros donde la ONU y su incapacidad son parte del problema y no de la solución.

El nuevo escenario debe ocuparnos. El posible retorno de las inversiones estadounidenses despojará a nuestro país de la ventaja de estar cerca del mercado gringo (nearshoring). Las deportaciones masivas afectarán los costos de la industria agroalimentaria, provocando aumento de precios, apreciación del dólar, lo que encarecerá nuestras importaciones. Si algo faltaba, las remesas, que junto con el lavado de activos, el narco y la corrupción explican PARCIALMENTE nuestro envidiable desempeño económico, serán duramente afectadas. Hay, la única certeza es la incertidumbre. ¡Atentos! Cuando creíamos haberlo visto todo, estamos en peligro de quedarnos ciegos.

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