A Orlando Martínez, quienes estaban llamado a protegerlo, lo abandonaron
Hace 50 años, el 17 de marzo de 1975, fue asesinado el periodista Orlando Martínez. No fue un crimen cualquiera. Fue un crimen de Estado. Pero también fue un crimen de silencio, de abandono… y de traición.
Orlando sabía que lo iban a matar. Recibía amenazas constantes por sus artículos valientes contra la represión y la injusticia. Antes de ser asesinado, acudió al Sindicato Nacional de Periodistas a pedir ayuda, protección, apoyo de sus colegas. La respuesta que recibió fue una puñalada en el alma:
“¿Pero qué se va a atentar contra tí, si tú eres un aliado de Balaguer?", la revelación la hizo el ex juez Castillo Pantaleón en una entrevista ofrecida al periodista José Peguero.
Salió indignado. Herido. Dolido. Lo habían dejado solo. Quienes debían cuidarlo, lo empujaron al vacío.
Días después, cayó asesinado. Su sangre no solo manchó el pavimento… también la conciencia de un país. Y más aún, la conciencia de los que pudieron protegerlo y no lo hicieron.
Años después, el juez Castillo Pantaleón, quien investigó su asesinato, lo dijo claro: “Hoy se rasgan las vestiduras quienes ayer le dieron la espalda.”
Recordar a Orlando Martínez no es solo rendirle tributo. Es decir en voz alta: ¡Lo dejaron matar!
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